RESEÑA
El Pueblo, cariñoso nombre que le daban sus nativos, era un villorrio asentado en la ladera meridional de un manso cerro. Su galana torre toledano-mudéjar realzaba el caserío, poblado por cuatro centenares de vecinos, en su mayoría ancianos y adultos sin empleo fijo. Los chopos, olmos, sauces, fresnos y huertos de sus arroyuelos vestían el paraje de verdor. Entre abril y junio los trigales se mecían al soplo del aura, los prados y barbechos eran floridos tapices...
En los años 1970, el desarrollo se inició en la capital y en su alfoz. El Pueblo, sin teléfono automático ni farmacia ni forja ni horno ni carnicería y ni siquiera barbero, se rezagaba día tras día. Al mismo tiempo, el viejo templo se alabeaba y se agrietaba. Animados por los caciques, los ediles afinaban sus ideas. Ciertos municipios de la zona habían publicado sus crónicas. En El Pueblo, la gente mayor hablaba de un conde y de su casa palacio, pero no constaba el menor dato sobre tal noble, ni sobre el supuesto señorío y el pasado del lugar. Si se escribiese su historia, estimó el regidor, qué buen apoyo para la promoción del moribundo lugar... ¡y para declarar terrenos urbanizables los vastos baldíos que lo rodeaban!
CUANDO EL PUEBLO SOÑABA CON SU HISTORIA
( Alfredo Rodríguez-Marrón )
ISBN: 978-84-937-948-2-4
Páginas: 240 |
Precio unitario (piece): €18.00
(4 % I.V.A. Incluído) |